Después del parto... qué podemos encontrar





Hoy estaba con una madre reciente y me decía que tenía la sensación de que durante el embarazo las mujeres tienen acceso a mucha información, mucho seguimiento, montones de descripciones de cada pequeño movimiento, cada sutil cambio. Y luego llega el parto, que es fácil que no sea como la madre habría querido, así que su vivencia puede ser difícil. Y entonces, la nada. Vulnerabilidad, expectativas rotas, hormonas revolucionadas, cuerpo descolocado, dolorido, de pronto una personita que depende de la madre totalmente, una madre que no se encuentra en el espejo, no se encuentra dentro de sí misma y todavía está de alguna forma en estado de shock emocional. Y muy poca información sobre lo que le está pasando...

De hecho, si ponemos en google las imágenes relacionadas con “posparto” nos da una buena visión de qué idea podemos tener de esta vivencia, y tiene más photoshop que la portada del vogue...

Afortunadamente, rebuscando, rebuscando, no es lo único que encontramos



Así que he pensado que algunos comentarios sobre el estado general de una mujer recién parida pueden ser útiles. En este artículo me voy a centrar principalmente en los cambios físicos a los que nos enfrentaremos, porque en muchos casos la mujer embarazada no sabe qué esperar de su cuerpo tras el parto...

grietas


Pues bien, es fácil que los pechos parezcan pelotas a punto de estallar, surcados por venas azuladas y con pezones hipersensibles que gotean con frecuencia, a veces surcados por dolorosas grietas (si aparecen se puede arreglar: una matrona, asesora de lactancia o IBCLC puede valorar la dificultad y ayudar a solucionarla).



Vídeo días después del parto

La barriga, todavía muy hinchada y a veces surcada por estrías, queda fláccida, dolorida, las tripas tardan en volver a su lugar habitual y en ocasiones los movimientos que realizan para reestructurarse (tipo espasmos) son dolorosos. Se llaman entuertos. Si te han realizado maniobras durante el parto, como la Kristeller, puedes tener moratones y dolores más agudos (entre otras muchas cosas).




4th Trimester Bodies


Se sangra y expulsan coágulos durante días (loquios). El periné está hinchado. Toda la zona genital lo está. Hinchada, enrojecida, dolorida... Un poema. A veces hay desgarros, y en muchas ocasiones ha sido cortada y cosida. Cuando el bebé nace apoya la cabeza sobre el recto, y todas las vísceras de la zona quedan muy maltratadas, las pobres. Por eso, tenemos la sensación de que cualquier presión lo va a fastidiar aún más seguro, y nos da miedo hacer caca y a veces hasta sentarnos en el baño. Y si cuesta empujar, cuesta más todavía retener... Puede ser casi imposible aguantarse los pedos, por ejemplo... La musculatura del suelo pélvico parece de mantequilla después de todo un embarazo y un parto, incluso si ha sido cesárea.
Las piernas duelen, la espalda duele, como dice mi hijo, duelen las puntas tontas de los dedos. O no. Igual al día siguiente estás como una rosa, pletórica de energía, llena de ganas de comerte la vida y fuerte tras la vivencia del parto.

El bebé puede llegar a ser muy demandante, lo que resulta en que la nueva madre no puede preparar comida, lo que da igual, porque tampoco puede comérsela. No puede ducharse, tomarse la infusión o el café o el colacao caliente, escribir en el ordenador, o hacer pis. Llegado el caso, algunas de estas cosas las hará con el bebé encima, incluso puede llegar a desarrollar toda una estrategia para conseguir hacer casi todas estas cosas con un bebé en brazos. Sin manos, como el chiste. Y todo esto en una casa que durante los primeros días nos puede resultar extraña, se nos puede caer encima, puede significar un auténtico lastre por diversas razones.


Por el camino, esta madre irá encontrando a su ritmo sus propios mecanismos para procesar todos los cambios que le han ocurrido y le están ocurriendo. Para hacerse a la idea de que ya no es la misma, para crearse una nueva imagen de sí misma que incluya a ese apéndice que le impide usar las manos. Y eso es casi como crearse una nueva identidad, o descubrirla paso a paso.

Hacen falta apoyos. Pareja, amigas, amigos, familia, otras madres...

Y a veces hace falta un apoyo más especializado, ni somos infalibles ni podemos pretender poder con todo. 



(Por cierto, por si habéis visto el vídeo, quería hacer un breve comentario sobre la conveniencia del uso de una faja posparto... Es un tema controvertido. Aunque todavía hay muchos profesionales que recomiendan su uso, muchos otros muy relacionados con la maternidad -matronas, fisioterapeutas, especialistas en suelo pélvico...- afirman que al mantener la sujeción de forma artificial dificulta una recuperación real de la musculatura del abdomen. Por eso, recomiendan el uso de la faja en momentos puntuales en los que se produzca un aumento de la actividad física o del esfuerzo, pero lo desaconsejan de forma continuada.)

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